Jiang Ming, un ciudadano chino, prometió a su mujer que no volvería a conectarse a internet y pasaría más tiempo con su hijo, pero después de unos días sin conectarse, Jiang Ming no puso seguir así y decidió conectarse a sin decírselo a su mujer.
Cuando la mujer le pilló con el ordenador conectado a internet, no se le ocurrió otra cosa que cortarle la mano derecha.
“Estaba en internet y de repente sentí un dolor en mi mano derecha. El puntero del ratón se paró en la pantalla”
“Entonces encontré que mi mano derecha estaba en la alfombrilla del ratón, y la sangre tiraba hacia fuera.”