domingo, 22 de febrero de 2009

Reglas Basicas para saber donde y como comer Tacos


Capitulo Uno (Básico): Cómo escoger el lugar adecuado

Hay que reconocer la democracia: a mas gente, mejor sazón.

Se necesitan por lo menos 2 perros callejeros merodeando el lugar para validar que no nos estamos almorzando comunitariamente a otro perro, ya que: “perro, no come perro”.

No importando la movilidad del local este debe contar con el único y sensacional “Mexican waterproof biological flies killer” (o sea la bolsita con agua que no sabemos como, pero disque exorciza a las moscas).

El lugar de las salsas debe estar visible, adecuadamente abastecido y a la mano de todos los comensales. Ah, y tambien, harto limón para vacunar cada taco.

En crucero peligroso, a salida del metro, en paradero de camiones o algún lugar con los imecas necesarios.

Y claro: debe haber cocas bien frías a discreción.

Capitulo Dos: De la apariencia del taquero

El taquero debe ser una persona madura, preferentemente con bigote para demostrar que es M&M (Macho Mexicano).

Diestro en el manejo del cuchillo, del cual es maestro para partirle su mandarina en gajos a la carne en cuestión.

Siniestro (con la izquierda) y rete-habil para el volteo de las tortillas (previa unción de aceite de girasol -colesterol free)

Con memoria prodigiosa para el conteo per cápita de tacos digeridos.

Con habilidad para delegar a sus chalanes (por lo menos a uno).

Y con un mandil blanco (indispensable).

Solo responde a la voz de “joven” (así tenga 65 años), “Paisa” (en el rubro de carnitas y birria) o los más legendarios “Mai”

Capitulo Tres: De los chalanes

Deben tener también mandil blanco, pero no necesariamente bigote (son aprendices de taquero).

Su único talento natural es la fácil identificación y viboreo de wonderful mamacitas.

Tienen nombre como Cuñado, el Chicles, el Cachetes, el Pellejos, el Chalo, el Trikz, el Kinki, el Chino o el Güero.

Su única preocupación es la alineación del Amierdica América o el resultado del clásico. Su literatura básica es el Esto del lunes y todas las historietas tipo El Libro Vaquero.

Su función es cortar limones, cilantro y cebolla además de destapar chescos.

Después de cuatro solicitudes de los comensales, se saben de memoria el menú, aunque después salen con su pendejada de que ya no hay de “biste”.

Capitulo Cuatro: Los comensales

Cualquier mexicano, que se precie de ser mexicano es un potencial consumidor de tacos. El taco es un mal que no respeta sexo, edad o condición social. Cualquier otra persona no-mexicana que coma tacos por primera sufrirá de la terrible maldición de Moctezuma (excepto los gringos, claro está, ellos comen en McDonalds…)

Un comensal siempre pregunta antes que nada: “¿De que tienes, paisa,cuñao, mike, mai, primo?”, a pesar del clásico letrero “TACOS DE CARNITAS”; revisa las viandas y toma su decisión sólo hasta corroborar que algún otro comesal da su OK pidiendo otro más de tripa.

Los comensales que vienen juntos siempre hablan en clave entre ellos para que los demás comensales no les entiendan, no importa que a los demás comensales les valga madre su platica.

Un comensal es gandalla con todos los demás comensales, a menos que la otra comensal sea una mami, por lo que todas las comensales mamis son gandallas.

Un comensal es estratega; apaña lugar tan cerca de las salsas que las alcance con una estiradita de mano, pero tan lejos para que los que se manchen sean los otros.

Un comensal no pide perdón, pide mas tacos y de dos en dos para que no se enfríen…

Es código de nobleza declarar la cantidad exacta de los tacos consumidos.

La manera de atacar el taco es de lado, con el dedo meñique parado y las nalgas salidas.
Al final, pide un palillo (sin albur), chicle o en el peor de los casos una cerda de la escoba con la que barren el agua cochina, con ella se extraen los pedazos de chicharrón que quedaron alojados entre los dientes y muelas, ¿y para que?, pues para disfrutar de un rico postre de lo que sobro entre los dientes.